“Los congresos mundiales de mediación son eventos nutricios”
La vida de Luz de Lourdes Angulo, Directora del Instituto de Mediación y uno de los motores de mil revoluciones y caja sexta de los Congresos Mundiales de Mediación, me trae a la mente esta frase del filósofo José Antonio Marina: La vida no discurre como un río, sino como una narración. Acto a acto contamos nuestra historia y en cada instante tenemos que decidir la frase que escribiremos a continuación, el proyecto, el argumento, el estilo. Luz de Lourdes escribe de manera cotidiana esa narración con simpatía, humor y hondura. Un estilo que se refleja en su sonrisa y el buen ánimo para hacerse cómplice de todo proyecto que sea un real aporte a la convivencia pacífica de los seres humanos, sea en su país, México, o cualquier otro que sea parte del globo terráqueo. ¿Cuál es su argumento? Esta entrevista trata de desentrañar (en parte) ese argumento vital que hila, acto a acto, su vida y las decisiones jubilosas que la acompañan.
PREGUNTA (P). Todos conocemos sobre la relación de Luz de Lourdes Angulo con múltiples y variadas actividades de la mediación, pero muy pocos sobre ¿cuándo y cómo sucedió ese flechazo con la mediación, si acaso le podemos denominar así?
RESPUESTA (R).Haciendo memoria, los recuerdos se me agolpan y me veo en algún cálido mes de 1998, cuando acompaño Jorge Pesqueira a una reunión de amigos y amigas, todos ellos dedicados a la docencia en la universidad pública del fronterizo estado de Sonora en México, y cuando Jorge empieza a expresar sus ideas veo las caras de los demás… duda, asombro, entusiasmo y, sin embargo, aceptan el reto y le acompañan en este proyecto llamado mediación. Embarcados en la aventura no había manera de dar un paso atrás ante el entusiasmo del líder del proyecto, el contagio de la esperanza ante la sola idea de producir un ligero cambio para mejorar la convivencia comunitaria y el acceso a la justicia, era el combustible para seguir en el proyecto, y yo, yo seguía como colaboradora en calidad de secretaria escribiente, porque he de decir, no hay mejor manera de aprender que escuchando las ideas de un Jorge Pesqueira, una Amelia Iruretagoyena, entre otros.
P. Y me imagino que un paso lleva a otro, y así en un caminar incesante…
R. Así llega la hora de dejar los apasionantes círculos de discusión que se realizaban de manera frecuente para iniciar la formación oficial en mediación; entonces es que me descubro, pues mi cerebro había sufrido una transformación y empeñada como estaba en aportar mi granito de arena en la transformación de conflictos, empiezo a tener una injerencia mayor.
P. ¿Qué recuerdos imborrables guardas en ti sobre el Instituto de Mediación de México?
R. Todos los días tengo en mi mente alguna situación anecdótica que me permite recorrer distintas emociones y sentimientos, desde la añoranza hasta las lágrimas de alegría, en particular atesoro cómo es que llego a la Dirección General del Instituto de Mediación de México, y es que quien estaba a cargo en ese momento, nuestra respetada maestra Amelia Iruretagoyena Quiroz, entregó su cargo por situaciones personales y una vez más, en ese momento, las estrellas se alinearon iluminando mi camino y a pesar de los miedos y la emoción por relevar a una académica como Amelia, asumo con alegría y excitación el cargo que hasta hoy ostento y que se ha convertido en mi pasión como si fuera el primer día.
P. ¿Una contrariedad en el camino?
R. Un recuerdo imborrable es cuando nos sorprende ingratamente la partida eterna de Amalia Ortíz Aub, mujer de ojos grandes y brillante inteligencia, que encontró un espacio para desarrollarse y crecer en el Instituto de Mediación de México, compañera en la ejecución de proyectos, o cuando recibo por vez primera en 2008 un reconocimiento por las labores realizadas en los congresos nacionales y el aplauso largo, larguísimo de los asistentes, que aun el día de hoy sigue calentando mi corazón. Así como esta tengo otras tantas historias que me reconfortan y me siguen enseñando que nunca, jamás, hay que dar nada por hecho.
P. Los Congresos Mundiales de Mediación, después de tantos años de estar comprometida con su organización, ¿cómo los evalúas? ¿Y cómo proyectas su futuro?
R. Los congresos son, hasta hoy, un espacio de aprendizaje, fraternidad, crecimiento, perfeccionamiento, congruencia y confluencia. De disfrutar de la compañía de los amigos y de recargarnos de esperanza. Cada uno de ellos nos ha dado más que el otro, cada uno de ellos, nacional o mundial, trae consigo sus propios retos, sus gotitas de alegría y es el escenario perfecto para que cada experto, conocido por multitudes o no, ponga en práctica sus saberes, encante a la audiencia y forme parte de la gran familia mediadora. Estos espacios de encuentro se convierten en grandes eventos.
P. Una experiencia única e inédita, ¿verdad?
R. Los congresos mundiales de mediación son eventos nutricios, por tanto y a pesar de que nos piden de manera frecuente que se cambie el formato, se trata de un ícono. Muchos eventos de esta naturaleza ya no conciben el evento sin incluir gran parte de los espacios académicos que de manera continua, desde el 2001, se han realizado tanto dentro como fuera de México, se han convertido en el espacio natural para que converjan las mentes más brillantes del habla hispana y de otras lenguas.
P. México, tu país, tú y tu familia tienen un compromiso tan hondo con su país de origen, ¿están satisfechos con lo hecho?
R. Nuestra familia y amigos están comprometidos con México, en efecto, si volteamos la vista hacia atrás, podría atreverme a decir que hemos hecho lo suficiente, aunque nunca es bastante, y no solamente cuando hablamos del movimiento mediador, la pacificación social; sino porque se trabaja en otros espacios como es la educación, la protección integral del ser humano, desde la niñez hasta la ancianidad, de las personas en contextos de encierro, las artes y la cultura, difícilmente podremos sentirnos satisfechos cuando vemos que las necesidades del otro son mayores, cuando vemos como ahora en nuestro país, la polarización y la ligereza para tratar los asuntos de un México sangrante, de un México tan maltratado, de un México que nos necesita.
P. Con esta visión panorámica, ¿cuál es para ti el mayor reto de los mexicanos?
R. El reto es lograr un diálogo en todos los espacios.
Te planteo un par de palabras y tú me contestas con una frase.
Justicia
Pacificación de espacios.
Familia
Centro de amor y compasión.
Un sueño
Vivir en un país educado, en convivencia positiva.
Una pesadilla
La violencia en mi país, la impunidad.
Un libro
Más cornadas da el hambre de Luis Spota (1951), con este libro aprendí a disfrutar de la lectura.
Un capricho
Aprender a tocar el piano.
Un final feliz
Que termine el Covid-19 y todas sus cepas. [T]