domingo, junio 4, 2023
REVISTA INTERNACIONAL DE RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS, MEDIACIÓN, NEGOCIACIÓN Y DIÁLOGO
PUBLICACIÓN TRIMESTRAL DEL INSTITUTO DE MEDIACIÓN DE MÉXICO

Generación de Cristal y Generación Invisible

Más leídos

  • Por REYNA ELIZABETH GARCÍA MORAGA, profesora investigadora del Departamento de Ciencias Sociales y Presidente de Academia de Ciencias Jurídicas, Psicológicas y Educativas de la Universidad de Sonora.

La filósofa española Monserrat Nebrera (2012), al analizar la fragilidad del grupo poblacional de los nacidos entre 1995 – 2000, introdujo un nuevo término que por sí mismo causa resquemor:  generación de cristal, que abarca tanto a los Millennials como a los Centennials. Algunos otros autores y filósofos afirman que comprende los años de 1980 al 2000. En un lenguaje tanto o más coloquial, también se les denomina generación mazapán por su facilidad para desmoronarse. Somos un mundo en el que todo pretendemos etiquetar y si no es así, no existe.

Tales términos peyorativos no son de aplicación general y absoluta. Va dirigido a jóvenes que poseen cierto estatus económico, con solvencia o acceso a becas que les permiten contar con equipos de alta tecnología que son como una extensión de su cuerpo al ser nativos digitales; muchos de ellos se incorporaron al mercado laboral en línea a muy temprana edad, son partícipes activos de la sociedad del consumo online, relaciones online, casi sin salir de casa e incluso desde sus propias habitaciones. Su mayor apoyo son las distintas plataformas por lo que tienden a desconectarse del mundo real y, por ende, de una interactuación social.

“La característica principal de este grupo es el corto margen de resistencia que tienen al fracaso, a que sus planes no funcionen en la manera planeada, lo que a su vez deriva en ser inestables e inseguros”

La característica principal de este grupo es el corto margen de resistencia que tienen al fracaso, a que sus planes no funcionen en la manera planeada, lo que a su vez deriva en ser inestables e inseguros en muchos aspectos, tal vez por la escasa interacción exterior que tienen a la vida práctica y real, aunado desde luego al confinamiento que ha provocado la pandemia del Covid-19.  Existen estudios que advierten que uno de los mayores problemas de esta generación es la salud mental. La UNICEF (2019) indicó que al menos el 20 por ciento de los adolescentes de todo el mundo sufría trastornos mentales. La Organización Mundial de la Salud (2019) aseguró que el suicidio es la segunda causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 19 años. El INEGI (2018) anotó que en México los jóvenes de entre 18 a 29 años conformaba un 34 por ciento de muertes por lesiones autoinfringidas. En 2020, la OMS indicó que la depresión era una de las principales causas de enfermedad y discapacidad entre adolescentes a nivel mundial. No son cifras para soslayar.

Cada generación se enfrenta a nuevos y distintos retos. Sin embargo, hoy como nunca habría que hacer hincapié en el tema porque son los Millennials y Centennials quienes son parte ya de la nueva civilidad, los que construyen y conforman la sociedad que a la vuelta de un corto tiempo será la sociedad post pandemia, con el antecedente que el desafío de la educación en línea en los dos últimos años fue un viraje de gran calado, pero aun desconocidos resultados de efectividad académica competencial. Han sido nuevas formas de aprendizaje en las que no todos los estudiantes y profesores tuvieron acceso a las mismas herramientas tecnológicas.

Es aquí donde entra la otra cara del problema. La generación invisible, la que es contraria a la Generación de Cristal. Aquellos miles de jóvenes que no tuvieron ni tienen acceso a plataformas digitales, que se vieron obligados a desertar de las escuelas, a enfrentarse al mundo real a tan temprana edad como los de Cristal, solo que obligados por la necesidad y sin mayores herramientas que sus manos y conocimientos truncados. Ellos, los que no pueden darse el lujo de consultar un psicólogo, ni recibir tratamiento; los que viven el día a día y que también conforman esa sociedad post pandemia en esta nueva civilidad. Tendremos entonces a mismas generaciones divididas entre sí por cuestiones de fondo. Una utilizando los mejores sistemas informáticos, pero distantes de la realidad social y otra, la generación que se volcó a las actividades laborales en el mundo real, pero que carece o medianamente tiene conocimiento de tales sistemas. Cada cual incluso con sus propias características grupales e individuales. ¿Cómo es que podrán interactuar? Las diferencias son marcadas, con repercusiones en mejor calidad de vida y acceso a una vida económica satisfactoria.

¿Será que estamos en los albores de una nueva revolución industrial, pero hoy a manera de una revolución informática? De muchas formas estamos dejando de abordar, analizar y establecer pautas para cerrar brechas entre las mismas generaciones, que puede derivar en cambios radicales de las sociedades, para bien o para mal.

Estimo que la mediación tiene aquí un vasto campo de oportunidades, un océano azul en el cual sumergirse para rescatar y unir las piezas de este rompecabezas en aras de trascender como una sociedad sana, equitativa e igualitaria. [T]

Artículos Recientes