miércoles, junio 7, 2023
REVISTA INTERNACIONAL DE RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS, MEDIACIÓN, NEGOCIACIÓN Y DIÁLOGO
PUBLICACIÓN TRIMESTRAL DEL INSTITUTO DE MEDIACIÓN DE MÉXICO

Los mediadores en medio del estallido social chileno

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  • Por Varinia Penco

Magister en Mediación y Familia, Diplomada en Negociación y Gestión de Conflictos.

Sin duda que para todos los chilenos existe un antes y un después del 18 de octubre de 2019. Algunos dicen que no lo vieron venir, otros que era solo cosa de tiempo para que la desigualdad imperante en el país llevara a que la ciudadanía manifestara su gran descontento. Lo cierto es que la sociedad está cansada de sentir que, día a día, su esfuerzo y trabajo no condicen con el desarrollo económico que las elites proclaman por medio de los indicadores económicos.

Chile pasó de ser el Oasis de Latinoamérica a vivir uno de los estallidos sociales más fuertes de su historia. El pueblo se unió de norte a sur: la comunidad salió a decir Basta. Se podían ver pancartas como Chile despertó, Seguiremos hasta que la dignidad se haga costumbre… Consignas como educación gratuita y de calidad, salud digna y al alcance de todos, jubilaciones que permitan vivir con dignidad a los adultos mayores que dieron su tiempo, trabajo y esfuerzo por contribuir a nuestro país, se hicieron cotidianas.

Millones de personas en las calles, familias enteras sin color político marcado y de diversas realidades socieconómicas, sin representantes ni líderes formales, con diversas peticiones focalizadas en el vivir con dignidad, inclusión y justicia social. Muchos líderes políticos alejados de la realidad de su pueblo, con un manejo comunicacional que no favoreció un clima de empatía social. Cerca de 400 chilenos con secuelas visuales, producto del enfrentamiento policial, ocasionando ya sea pérdida de la mitad de su campo visual o ceguera total.  Violencias incrementadas como respuesta a la reacción policial.  

Cabe destacar que el tema del conflicto social generalizado, las violencias que se desataron y sus raíces, requieren un trato o un enfoque que supere ideologismos interesados, que mantuvieron enfrentados –en inútil inercia– al oficialismo y a buena parte de la oposición, sobre qué hacer con la crisis social y política del país.

En medio de ese clima nacional tenso es que los mediadores nos preguntamos: ¿Cuál era y es nuestro rol en este conflicto? ¿Desde dónde podemos contribuir? ¿Cómo podemos aportar a un conflicto que claramente no es mediable dentro de los cánones tradicionales? No existe un representante definido: es la sociedad entera, cansada de líderes no representativos, de una clase política que mal utilizó el diálogo como un recurso para aplacar las demandas sociales. ¿Cómo aportar cuando las causas son estructurales y complejas? ¿Qué mediar cuando son decisiones políticas las que se deben tomar para romper con la espiral de violencia? ¿Qué hacer cuando la desconfianza en el sistema, los líderes y los políticos está en su máxima expresión?

Este remezón social también nos conmovió a nosotros como comunidad profesional, motivando un despertar en nuestro gremio. Por primera vez se realizó un Encuentro Nacional de Mediadores, a principios de noviembre del 2019, llevado a cabo en forma simultánea en once regiones del país, convocando a más de 150 mediadores, se trabajó en levantar estrategias y abordajes para contribuir a la comprensión y al manejo de la conflictividad social. Debíamos unirnos, articularnos, trabajar colaborativamente desde el campo de la gestión constructiva de conflictos para contribuir en la construcción de un nuevo orden social en Chile. Nos unían valores como justicia social, participación, convivencia, transformación, diversidad, igualdad y empoderamiento. Compartíamos preocupaciones como el deterioro de la convivencia, el resquebrajamiento del tejido social, las desigualdades y la espiral de las violencias. Asumimos que teníamos mucho que aprender, quizás, deconstruir lo aprendido en relación a nuestra forma de plantear el diálogo. Enfocarnos en pequeñas intervenciones con actores claves y grupos focalizados. Buscar articularnos con otros actores de la sociedad civil, generando –poco a poco– instancias a nivel gubernamental para validar y difundir nuestro quehacer. Plantear el diálogo democrático no como un intercambio de información, sino como un proceso de transformación a través de la conversación dialógica.

Queda mucho por delante, ahora estamos en medio de una pandemia con conflictos en relatencia, probablemente, aflorarán al retomar la cotidianidad ciudadana. La crisis vivida como país nos interpeló y motivó a la reflexión, generando opciones de cambio dentro de nuestra colectividad mediadora profesional. Este último año, como Colegio de Mediadores de Chile, crecimos notablemente en número y representatividad, articulamos redes a nivel nacional con la creación –en marcha– de la Red Nacional de Centros Municipales de Mediación Comunitaria, así como trabajamos junto a los académicos en la generación de propuestas para la difusión y el acceso a la justicia a través de los Métodos Alternativos de Resolución de Conflictos (MARC). Y también diseñamos estrategias de incidencia a nivel del poder ejecutivo y del poder judicial. Es necesario profundizar nuestra mirada desde la conflictología para analizar las posibles estrategias a seguir; pero, sin duda, este trabajo que venimos realizando contribuirá a mantener viva la esperanza en un país donde el respeto, el reconocer al otro como un legítimo otro y la instalación del diálogo como forma de abordaje de la conflictividad sea posible.

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